Hace tiempo vengo siguiendo —como muchos— el trabajo del Reino Unido en la innovación de los servicios de gobierno y su proceso de transformación digital. Pero desde hace unos días, lo que desde el exterior se ve como un proceso impecable, digno de la madurez británica, ha mostrado algunos matices interesantes y con los que es más fácil relacionarse. Van algunas ideas y preguntas que surgen a partir de esto.
¿Cómo puede enfrentar el Estado la innovación pública de modo efectivo?
Uno de los espacios de innovación del gobierno es la transformación digital, entendida como la forma en que los gobiernos se modernizan, para proveer servicios a los ciudadanos, de modos más efectivos y eficientes.
Esta transformación no sólo tiene que ver con la forma en que se desarrollan los servicios digitales, sino que, fundamentalmente, cómo se generan condiciones para que sea permanente y real.
En Chile hay algunas iniciativas que promueven la innovación en ciertas áreas del Estado, pero se trata de buenas intenciones, aisladas y sin institucionalidad o mecanismos para la instalación permanente. Me refiero a concursos y premios a proyectos específicos de innovación. Esto está bien, pero es más importante que estas iniciativas puedan generar espacios permanentes.
Como un ejemplo de esto, ¿por qué proyectos innovadores como el Laboratorio de Gobierno y otros se instalan en Corfo? Porque tienen más autonomía y libertad de acción, dadas las características de Corfo. En otros espacios del Estado no existen esas condiciones.
Por otro lado, ¿por qué el importante trabajo que ha realizado el equipo de Modernización y Gobierno Digital no es replicado con más fuerza en todo el Estado?
¿Qué hacer para que la transformación digital del gobierno sea real?
Permanentemente leemos y conocemos del caso exitoso del Government Digital Service (GDS) del Reino Unido, pero aparentemente los resultados obtenidos no están garantizados y tampoco han sido exentos de costos. La renuncia de Mike Bracken a la dirección del GDS luego de 4 años, junto con otros miembros del equipo así lo evidencia. En sus palabras,
We need to say, as public administrators, that we need to work differently and more collaboratively in a system that is not set up to do that. Whitehall was described to me when I started as a warring band of tribal bureaucrats held together by a common pension scheme, and there is something in that.
http://www.computerweekly.com/news/4500251662/Interview-Government-digital-chief-Mike-Bracken-why-I-quit
En parte, las palabras de Bracken apuntan a la dificultad de realizar cambios en el gobierno y de luchar contra los incentivos que apuntan al inmovilismo.
Una de las características del GDS —y otros servicios con un modelo similar, como el USDS—, es la posibilidad de incorporar la experimentación dentro de su proceso de trabajo, lo que permite probar diferentes ideas y avanzar con ellas si demuestran ser viables, o descartarlas tempranamente si no funcionan. Este espacio para la experimentación es fundamental para la innovación. De acuerdo al World Development Forum —WDF— en el artículo What is government’s role in sparking innovation?,
If failure is an unavoidable part of the innovation game, and if government is crucial for innovation, society must be more tolerant of “government failure.” But the reality is that when government fails, there is public outcry – and silence when it succeeds.
https://agenda.weforum.org/2015/04/what-is-governments-role-in-sparking-innovation/
El punto es claro: la innovación requiere experimentar. Y la experimentación requiere espacio para fallar. Para esto se requieren modelos de incentivos diferentes, mecanismos de financiamiento que no se limiten a ejercicios presupuestarios de ciclos anuales y estructuras de organización tolerantes y flexibles.
¿Qué estamos haciendo en Chile para lograr esto?
Hay compromisos declarados, pero no se ven avances en el corto plazo. El 21 de mayo de 2014, en la cuenta pública la presidenta anunciaba que “Debemos ir un paso más allá de la modernización y potenciar un Estado innovador”. Esta frase da respaldo a la creación del Laboratorio de Gobierno, iniciativa importante, pero la modernización del Estado va mucho mas allá de su alcance. Debe estar incrustada en todos los servicios, ser parte de la operación normal.
¿Qué podemos esperar? ¿Quién retomará el impulso modernizador que generó el instructivo presidencial de 2001? ¿Qué se necesita para replicar —y mejorar— iniciativas como las del GDS y el USDS?
créditos foto: GDS