Hace unos días leía en «8 habits of veteran UX designers» en The Next Web, un párrafo que me llamó la atención. Se trata de la importante distinción entre patrones de interacción y tendencias.
(…) it can be difficult to discern a trend sneaking into mainstream design when it becomes ubiquitous. Overtime, popular trends have potential to morph into established patterns, but that isn’t always the case.
La diferencia entre patrones de interacción y tendencias es clave. No distinguirlos correctamente puede ser el origen de importantes problemas en la usabilidad de un sitio o sistema.
La diferencia entre patrones de interacción y tendencias
Un patrón de interacción es una solución comprobada —no sólo por uso, sino por observación, comprobación y documentación—, para un problema común en la interacción entre un usuario y una interfaz. Se puede tratar de un patrón para una interacción simple —como el menú de rastros— o de una interacción compleja —como la reserva de vuelos u hoteles.
Una tendencia —o trend— es una moda, una práctica relativamente extendida, que no necesariamente resuelve un problema, pero que es adoptada por razones estéticas, por disponibilidad —es de fácil acceso— o por la creencia, no necesariamente justificada, de que resuelve un problema —¿carrusel, me escuchas?
La adopción irreflexiva de tendencias puede introducir nuevos problemas, en lugar de resolverlos, pero también es posible que una tendencia que resuelve problemas reales se convierta en un patrón.
En general, existe coincidencia en las ventajas del uso de patrones de interacción, así como muchos patrones documentados y librerías, pero eso no es garantía de que estén libres de tendencias que aún no se han consolidado como patrones.
Lo recomendable, finalmente, es tomar cada uno de estos elementos —patrones y tendencias— con una pausa para distinguir cuál es el problema que buscan resolver y, en lo posible, probar con usuarios si efectivamente los resuelven.
(Imagen principal: patrones de interacción de MailChimp)